Viento del Este
2009
José Ignacio, Uruguay
Superficie Construida:
700 m2
Viento del Este se compuso en forma de L para recogerlas vistas al mar de Arenas de José
Ignacio desde todos los ambientes. Su impronta moderna viene dada por las líneas puras, los materiales nobles y la preponderancia del gris y el negro.
La L, de 700 metros cuadrados, integra las zonas comunes en el piso superior y las privadas en la planta baja, a excepción de la suite principal, que disfruta de vistas panorámicas.
Los materiales pragmáticos son el hormigón armado, el revoque blanco y la piedra de color gris, sin más maquillaje que el color del propio material. Existe un riguroso estudio de la piedra, que se coloca de forma longitudinal para incrementar la espectacularidad de los espacios dinámicos. Este concepto se materializa en la elevación de un muro vertical exterior, situado transversalmente en un lateral del edificio y acentuado por la belleza natural de sus piedras, que contrastan con la pintura blanca del resto de la fachada. Las ventanas horizontales se transforman en franjas verticales al aproximarse al muro de piedra, que, a su vez, contiene un gran óculo circular.
En el interior también resalta la presencia de la cara interior del citado muro de piedra y los techos de madera desgastada.El resto de las superficies se han dejado pintadas de blanco.
Viento del Este
2009
José Ignacio, Uruguay
Superficie Construida:
700 m2
Viento del Este se compuso en forma de L para recogerlas vistas al mar de Arenas de José
Ignacio desde todos los ambientes. Su impronta moderna viene dada por las líneas puras, los materiales nobles y la preponderancia del gris y el negro.
La L, de 700 metros cuadrados, integra las zonas comunes en el piso superior y las privadas en la planta baja, a excepción de la suite principal, que disfruta de vistas panorámicas.
Los materiales pragmáticos son el hormigón armado, el revoque blanco y la piedra de color gris, sin más maquillaje que el color del propio material. Existe un riguroso estudio de la piedra, que se coloca de forma longitudinal para incrementar la espectacularidad de los espacios dinámicos. Este concepto se materializa en la elevación de un muro vertical exterior, situado transversalmente en un lateral del edificio y acentuado por la belleza natural de sus piedras, que contrastan con la pintura blanca del resto de la fachada. Las ventanas horizontales se transforman en franjas verticales al aproximarse al muro de piedra, que, a su vez, contiene un gran óculo circular.
En el interior también resalta la presencia de la cara interior del citado muro de piedra y los techos de madera desgastada.El resto de las superficies se han dejado pintadas de blanco.