Casablanca
2013
José Ignacio, Uruguay
Superficie Construida:
555 m2
Esta casa fue realizada desde una gran reforma sobre una casa simple y pequeña del pueblo de José Ignacio. La ubicación de la casa en el pueblo genera distintas posibilidades de vida ya que las vistas al mar abierto, al faro y a los techos de las otras casas que conviven en el pueblo dan como resultado algo inesperado. Es muy atractivo volver de la playa y luego de una buena ducha o baño en la piscina, ir de caminata por las callejuelas del pueblo de mar.
En la planta baja se alojan dos departamentos para amigos muy cómodos e independientes mientras que otros dos dormitorios comparten la planta media ya con magníficas vistas al mar con el living comedor y la cocina cómoda y abierta.
El propietario de la casa, fan de la cocina y dueño de una exitosa cadena de restaurantes, invita a sus amigos a pasar inolvidables veladas iluminadas por cientos de velas que aportan un encanto especial a esta casa de pueblo blanca.
El living se abre a una gran terraza de la cual se accede a la piscina en otro nivel, rodeada de plantas costeras, rústicas y atractivas.
En la planta superior se encuentra la master suite de dimensiones generosas y vistas abiertas al mar y al gran protagonista: el faro de José Ignacio, solitario y fuerte, acerca las olas más bravas de la costa, un espectáculo único para ser naturalmente hipnotizado durante largos ratos sin atender los tiempos que marcan las agujas del reloj.
Las maderas utilizadas en esta casa son las del lapacho, madera dura, eterna de una maravillosa vejez y bajo mantenimiento, ideal para una casa de playa.
Casablanca
2013
José Ignacio, Uruguay
Superficie Construida:
555 m2
Esta casa fue realizada desde una gran reforma sobre una casa simple y pequeña del pueblo de José Ignacio. La ubicación de la casa en el pueblo genera distintas posibilidades de vida ya que las vistas al mar abierto, al faro y a los techos de las otras casas que conviven en el pueblo dan como resultado algo inesperado. Es muy atractivo volver de la playa y luego de una buena ducha o baño en la piscina, ir de caminata por las callejuelas del pueblo de mar.
En la planta baja se alojan dos departamentos para amigos muy cómodos e independientes mientras que otros dos dormitorios comparten la planta media ya con magníficas vistas al mar con el living comedor y la cocina cómoda y abierta.
El propietario de la casa, fan de la cocina y dueño de una exitosa cadena de restaurantes, invita a sus amigos a pasar inolvidables veladas iluminadas por cientos de velas que aportan un encanto especial a esta casa de pueblo blanca.
El living se abre a una gran terraza de la cual se accede a la piscina en otro nivel, rodeada de plantas costeras, rústicas y atractivas.
En la planta superior se encuentra la master suite de dimensiones generosas y vistas abiertas al mar y al gran protagonista: el faro de José Ignacio, solitario y fuerte, acerca las olas más bravas de la costa, un espectáculo único para ser naturalmente hipnotizado durante largos ratos sin atender los tiempos que marcan las agujas del reloj.
Las maderas utilizadas en esta casa son las del lapacho, madera dura, eterna de una maravillosa vejez y bajo mantenimiento, ideal para una casa de playa.