Al Mare
2003
Punta del Este, Uruguay
Superficie Construida:
380 m2
Al Mare aparece como un elemento del paisaje de la costa de La Posta del Cangrejo. Sus volúmenes se proyectan de forma perpendicular al mar, como respuesta a un emplazamiento limitado por las calles laterales que conducen a la playa. No se trata pues, de una disposición continua y paralela al mar, sino más bien de una aproximación mediante la graduación descendente de sus espacios hacia él.
El volumen insípido se moldea con materiales disponibles en el entorno: piedra, madera y hormigón se integran en el paisaje y se combinan, a su vez, con estructuras metálicas prefabricadas muy ligeras. Este escenario natural convierte la ornamentación superflua en prescindible.
El programa se desarrolla en 380 metros cuadrados distribuidos en tres plantas rectangulares. La planta baja contiene las zonas diurnas, como la sala de estar, la cocina y el aseo de cortesía. La zona nocturna, con cuatro suites, se sitúa en la planta superior. Por último, aparece en el declive del terreno una planta semisótano, en la cual se insertan las zonas de servicio y el garaje.
El interior se llena con elementos muy sutiles, como los peldaños de la escalera en voladizo que se apoyan en un muro con entrada lateral de luz cenital y recursos artesanales que rechazan las ofertas sofisticadas de la gran urbe.
Al Mare
2003
Punta del Este, Uruguay
Superficie Construida:
380 m2
Al Mare aparece como un elemento del paisaje de la costa de La Posta del Cangrejo. Sus volúmenes se proyectan de forma perpendicular al mar, como respuesta a un emplazamiento limitado por las calles laterales que conducen a la playa. No se trata pues, de una disposición continua y paralela al mar, sino más bien de una aproximación mediante la graduación descendente de sus espacios hacia él.
El volumen insípido se moldea con materiales disponibles en el entorno: piedra, madera y hormigón se integran en el paisaje y se combinan, a su vez, con estructuras metálicas prefabricadas muy ligeras. Este escenario natural convierte la ornamentación superflua en prescindible.
El programa se desarrolla en 380 metros cuadrados distribuidos en tres plantas rectangulares. La planta baja contiene las zonas diurnas, como la sala de estar, la cocina y el aseo de cortesía. La zona nocturna, con cuatro suites, se sitúa en la planta superior. Por último, aparece en el declive del terreno una planta semisótano, en la cual se insertan las zonas de servicio y el garaje.
El interior se llena con elementos muy sutiles, como los peldaños de la escalera en voladizo que se apoyan en un muro con entrada lateral de luz cenital y recursos artesanales que rechazan las ofertas sofisticadas de la gran urbe.