Sudeste
2006
Manantiales, Uruguay
Superficie Construida:
800 m2
Sudeste se diseñó como un proyecto de arquitectura moderna de líneas sobrias y materiales naturales que toma como premisa la búsqueda de la presencia del mar desde todos los puntos cardinales de la casa. En un enclave privilegiado, se abre una amplia panorámica de la bahía de Punta Piedras. Como siempre, Gomez coloca en primer plano el uso de los materiales y sus colores naturales.
El frente de la casa tiene el aspecto de un majestuoso buque protagonizado por un enorme portón y grandes ventanales que permiten la entrada de luz y protegen con cerramientos correderos de aluminio que prácticamente anulan la frontera visual entre exterior e interior.
La casa, de 800 metros cuadrados, se proyectó con un programa invertido articulado en tres niveles: el área privada está ubicada en la primera planta, las zonas comunes en el piso superior y, por último, la zona de servicios se encuentra en el nivel más bajo, junto al garaje.
Los materiales tienen como leitmotiv el entorno natural: piedra de granito extraída a 15 km de la ubicación de la obra, hormigón armado y maderas de ipé y cedriño. La elección del color blanco interior ilumina el conjunto, que expone de forma magistral un armonioso equilibrio entre la frialdad de los elementos industriales y el confort que transmite lo vegetal. Constituye un verdadero engranaje entre elementos prefabricados y materias naturales.
Sudeste
2006
Manantiales, Uruguay
Superficie Construida:
800 m2
Sudeste se diseñó como un proyecto de arquitectura moderna de líneas sobrias y materiales naturales que toma como premisa la búsqueda de la presencia del mar desde todos los puntos cardinales de la casa. En un enclave privilegiado, se abre una amplia panorámica de la bahía de Punta Piedras. Como siempre, Gomez coloca en primer plano el uso de los materiales y sus colores naturales.
El frente de la casa tiene el aspecto de un majestuoso buque protagonizado por un enorme portón y grandes ventanales que permiten la entrada de luz y protegen con cerramientos correderos de aluminio que prácticamente anulan la frontera visual entre exterior e interior.
La casa, de 800 metros cuadrados, se proyectó con un programa invertido articulado en tres niveles: el área privada está ubicada en la primera planta, las zonas comunes en el piso superior y, por último, la zona de servicios se encuentra en el nivel más bajo, junto al garaje.
Los materiales tienen como leitmotiv el entorno natural: piedra de granito extraída a 15 km de la ubicación de la obra, hormigón armado y maderas de ipé y cedriño. La elección del color blanco interior ilumina el conjunto, que expone de forma magistral un armonioso equilibrio entre la frialdad de los elementos industriales y el confort que transmite lo vegetal. Constituye un verdadero engranaje entre elementos prefabricados y materias naturales.